martes, octubre 14, 2008

¿Cuánto vale un burro? ¡15 niñas!

En esta vida hay de extremos a extremos y de tonterías a bajezas. En una nota publicada por el periódico español "El País" el pasado 8 de junio se relata una historia digna de un cuento de terror, en el que el ridículo y la insensatez, la intolerancia y la idiotez se unen para dar paso a un asunto dramático en su esencia.
En Paquistán, uno de los pocos países del mundo capaz de fabricar armas nucleares, se saldó un viejo pleito entre dos clanes con la entrega de 15 vírgenes de entre tres y 10 años de edad. Y póngase atento a la razón de esta decisión: "Para calmar un enfrentamiento que se desató hace ocho años debido a que un perro de un clan (el de los qalandari) mordió a un burro de otro clan (el de los chakrani). Al parecer el can tenía rabia porque el asno murió. Desde entonces, estos dos grupos se enredaron en una pelea sinsentido que ha costado la vida a 13 personas: 11 qalandaris y un hombre y una mujer chakranis. La Yirga (asamblea representativa de ambos clanes) pretendía con su intervención acabar con el derramamiento de sangre para lo que recurrió a su más ancestral sentencia: el ofrecimiento de impúberes en matrimonio, sin tener en cuenta la edad de los hombres con los que se desposarían". Es decir que la vida de un burro es más valiosa que la de 15 niñas.
Aunque el veredicto de la Yirga se ajustó al dictado en 2002 por el entonces jefe de la tribu Nawab Akbar Jan Bugti, quien para apagar el desenfreno de muertes organizado por los chakrani tras el fallecimiento de su burro multó a éstos con el pago de cuatro millones de rupias (unos 40,000 euros) y la "entrega en matrimonio de una niña por mes", los dueños del perro rabioso no aceptaron.
La necesidad de pacificar a sus clanes para tener una estrategia común ante las negociaciones con el nuevo Gobierno democrático paquistaní llevó a la Yirga a reunirse para buscar una solución definitiva al conflicto. De acuerdo con la tradición, optó porque las niñas pagaran la deuda de sangre y sellaran con su sacrificio la reconciliación entre chakranis y qalandaris. Por fortuna, tanto la ley religiosa islámica como la ley civil paquistaní prohíben los matrimonios infantiles, tan arraigados en la tradición feudal del país. Según la ley islámica (sharía), las mujeres sólo pueden casarse después de la pubertad, y las niñas de tres a 10 años son impúberes. En cuanto a la ley civil, no se permite el matrimonio a menores de 16 años.
En una entrevista sostenida en Karachi con Musarrat Perveen, coordinadora de Madadgaar —una de las ONG paquistaníes más importantes en la defensa de las mujeres y los niños—, ésta indicó que uno de los mayores problemas que enfrentan es el secuestro de menores para venderlas, casarlas o prostituirlas tanto dentro como fuera del país. "Tenemos registrados 6,886 casos desde 2000, pero éstos son los que han trascendido públicamente, lo que supone multiplicar al menos por 10 para saber el alcance real del problema", señaló.
Esa cifra incluye también a los niños, muchos de los cuales son secuestrados para ser vendidos por cantidades que oscilan entre los 300 euros y los 4,000, para ser esclavos en las ricas monarquías y emiratos del golfo Pérsico y, sobre todo, como jinetes de camellos. "Los raptan incluso a la edad de cuatro años, para someterles a un durísimo entrenamiento con el objetivo de que participen en las carreras de camellos. Les dan la mínima dieta alimentaria posible porque cuanto menos pese el jinete y más llore, más corre el camello", indicó Parveen.
Y es que este asunto no es cuestión de religión, sino de la crueldad más absoluta de las personas. No hace falta ir a Paquistán para encontrar tanta barbarie. En México, se sabe, crece a pasos agigantados el comercio de niños y mujeres para su explotación o para el "uso" de sus órganos en un tráfico por un mercado negro apoyado en una red que incluye a autoridades de México y de otros países del mundo.
Además, la pornografía infantil en internet es solamente la punta de un enorme iceberg que implica a gente muy poderosa, políticos y empresarios, mexicanos y extranjeros, que obtienen millonarias ganancias en dólares con esta actividad ilícita. Cámbiele usted el nombre al producto por el que se paga y llámele "burro", "negocios", "narcotráfico", "pedofilia", "pornografía", como usted quiera. Lo cierto es que nada ni nadie está por encima de las personas que nos rodean.
Si un asunto así nos escandaliza, más debiera hacerlo cualquier tipo de maltrato que a las mujeres y niños se les da, comenzando con el más cruel que es el familiar, maltrato que sucede en un lugar donde se supone que sólo se debe entregar amor, paz y protección. ¿Cuál debe ser nuestro compromiso y con quién? Vale la pena reflexionarlo...

Remate
Es increíble que un burro pueda valer más que la vida de 15 niñas, pero también lo es que en cualquier parte del mundo, en cualquiera, se permita toda clase de maltrato o violencia contra los pequeños, contra las mujeres, contra los más indefensos de nuestra propia raza humana. Sólo puedo entender esto con una frase lapidaria: ¡No sabemos lo que es ser persona! Un asunto triste que no es exclusivo de Paquistán.— Mérida, Yucatán.
aaldaz@dy.sureste.com http://angelaldazg.blogspot.com/

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