Datos del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática destacan que desde 1994 se registran al año entre 87 y 110 muertes por aborto en México, y las cifras no han cambiado mucho hoy, aunque el tema es muy controvertido.
La fuerte discusión sobre el aborto no sólo ha dividido al mundo, pues se defienden posturas en todo sentido extremas y opuestas, sino que ha hecho que todos se olviden de plantear propuestas de solución para proteger a las mujeres embarazadas que sufren y sobre todo para prevenir que se llegue a una decisión tan grave, como la de matar a un bebé.
Esta controversia sobre el aborto se demostró a fines de 1999 cuando el periodista Matt Drudge se enfrentó a la cadena Fox. Drudge, convencido defensor del derecho a la vida, decidió abrir su programa de noticias con una espectacular fotografía —hoy conocida en todo el mundo— que muestra la mano de un bebé de 21 semanas de gestación, operado de espina bífida en el útero de su madre, tomando el dedo del cirujano que lo interviene.
Los directivos de la Fox le prohibieron tajantemente que exhibiera la foto, pues se prestaba a “confusión” porque Drudge pensaba “hacer un uso indebido al presentarla como testimonio a favor de la vida y contra el aborto”.
Drudge abandonó el estudio enfurecido, no hizo el programa y acusó a los directivos de censura: “Yo expliqué que dejaría en claro de qué se trataba, pero que quería usar la foto como respaldo para demostrar cuánto está desarrollado un feto de 21 semanas. Si hubiera mostrado la foto de un huevo con el pollo asomando una pata no me hubieran hecho ninguna crítica, pero el problema es que se trata de un ser humano”.
Y es precisamente el factor humano el que más se deja de lado en un debate que parece convertirse cada vez más en un conflicto ideológico, que en una solución real a un grave problema.Todo lo que asocia este tema con lo humano se volatiliza ante el uso de eufemismos: a un aborto se le llama “interrupción voluntaria del embarazo”, a un niño por nacer se le denomina “producto de la concepción” y a lo que es una campaña para promover el aborto se le llama “campaña de salud reproductiva”.
Es en medio de un escenario complicado y de lucha donde aparece delicada y poderosa la importancia, la belleza y la fuerza del testimonio de los sobrevivientes del aborto. Siendo una cantidad ínfima respecto de los millones de abortados por año, su existencia raya en lo milagroso; sin embargo, son suficientes para convertirse en un “batallón” eficaz, cuya presencia es un alegato a favor del derecho a la vida del no-nacido: sus vidas están cargadas de episodios sorprendentes que transmiten un mensaje claro y conmovedor, lleno de respuestas a muchas interrogantes sobre la vida y su sentido.
Y es que en este debate se involucran aspectos tan personales e intimos como las creencias religiosas y la educación, y factores que rodean a las mujeres, como la pobreza, las circunstancias y la sociedad. Pero no hay que olvidar que antes de ver todos estos elementos, hay que considerar el aspecto humano de quien sufre o ha sufrido por una desatención del Estado, pero principalmente de la familia.
¿Que la mujer tiene derecho a decidir sobre su propio cuerpo? Por supuesto, pero en un aborto no decide sólo sobre sí misma, sino sobre el cuerpo de un ser que no es ella, aunque esté temporalmente en ella. Además, el sentido común y la ciencia reconocen que durante la gestación hay dos vidas y dos cuerpos..., y eso debería terminar la discusión.
El hecho de un aborto implica acabar con la vida de una persona y destrozar moral y humanamente a otra. Quizás sería mejor estudiar y entender toda la problemática que rodea esta decisión, para trabajar en la protección de la mujer y del niño. Esa debe ser la primera tarea legislativa, antes de llegar al extremo de legalizar algo que de antemano sabemos que es un crimen.
El testimonio de Sheila Lynn, quien se practicó un aborto, nos da una idea de la dimensión del problema y sus consecuencias: “El aborto no sólo mata al niño, sino también al espíritu humano. Los padres también son víctimas. Intenté quitarme la vida por la culpa y el remordimiento..., sentía que era una tumba que caminaba”.
Remate
Semana 12: ya es posible oír el latido del corazón del bebé con un “Doppler”; tiene orejas, mentón y párpados; sus huesos son más duros y los músculos se hacen fuertes, su piel tiene vello. Sus órganos genitales están formados y los sistemas principales del cuerpo y órganos, como estómago, hígado, pulmones, páncreas e intestinos, están formados y en su sitio. Lo más hermoso es que ¡se mueve en el vientre materno! ¿Y pretenden que creamos que no es un ser humano?— Mérida, Yucatán.
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