martes, marzo 27, 2007

Se olvidaron del ser humano al discutir

Datos del Instituto Nacional de Estadística Geografía e Informática destacan que desde 1994 se registran al año entre 87 y 110 muertes por aborto en México, y las cifras no han cambiado mucho hoy, aunque el tema es muy controvertido.
La fuerte discusión sobre el aborto no sólo ha dividido al mundo, pues se defienden posturas en todo sentido extremas y opuestas, sino que ha hecho que todos se olviden de plantear propuestas de solución para proteger a las mujeres embarazadas que sufren y sobre todo para prevenir que se llegue a una decisión tan grave, como la de matar a un bebé.
Esta controversia sobre el aborto se demostró a fines de 1999 cuando el periodista Matt Drudge se enfrentó a la cadena Fox. Drudge, convencido defensor del derecho a la vida, decidió abrir su programa de noticias con una espectacular fotografía —hoy conocida en todo el mundo— que muestra la mano de un bebé de 21 semanas de gestación, operado de espina bífida en el útero de su madre, tomando el dedo del cirujano que lo interviene.
Los directivos de la Fox le prohibieron tajantemente que exhibiera la foto, pues se prestaba a “confusión” porque Drudge pensaba “hacer un uso indebido al presentarla como testimonio a favor de la vida y contra el aborto”.
Drudge abandonó el estudio enfurecido, no hizo el programa y acusó a los directivos de censura: “Yo expliqué que dejaría en claro de qué se trataba, pero que quería usar la foto como respaldo para demostrar cuánto está desarrollado un feto de 21 semanas. Si hubiera mostrado la foto de un huevo con el pollo asomando una pata no me hubieran hecho ninguna crítica, pero el problema es que se trata de un ser humano”.
Y es precisamente el factor humano el que más se deja de lado en un debate que parece convertirse cada vez más en un conflicto ideológico, que en una solución real a un grave problema.Todo lo que asocia este tema con lo humano se volatiliza ante el uso de eufemismos: a un aborto se le llama “interrupción voluntaria del embarazo”, a un niño por nacer se le denomina “producto de la concepción” y a lo que es una campaña para promover el aborto se le llama “campaña de salud reproductiva”.
Es en medio de un escenario complicado y de lucha donde aparece delicada y poderosa la importancia, la belleza y la fuerza del testimonio de los sobrevivientes del aborto. Siendo una cantidad ínfima respecto de los millones de abortados por año, su existencia raya en lo milagroso; sin embargo, son suficientes para convertirse en un “batallón” eficaz, cuya presencia es un alegato a favor del derecho a la vida del no-nacido: sus vidas están cargadas de episodios sorprendentes que transmiten un mensaje claro y conmovedor, lleno de respuestas a muchas interrogantes sobre la vida y su sentido.
Y es que en este debate se involucran aspectos tan personales e intimos como las creencias religiosas y la educación, y factores que rodean a las mujeres, como la pobreza, las circunstancias y la sociedad. Pero no hay que olvidar que antes de ver todos estos elementos, hay que considerar el aspecto humano de quien sufre o ha sufrido por una desatención del Estado, pero principalmente de la familia.
¿Que la mujer tiene derecho a decidir sobre su propio cuerpo? Por supuesto, pero en un aborto no decide sólo sobre sí misma, sino sobre el cuerpo de un ser que no es ella, aunque esté temporalmente en ella. Además, el sentido común y la ciencia reconocen que durante la gestación hay dos vidas y dos cuerpos..., y eso debería terminar la discusión.
El hecho de un aborto implica acabar con la vida de una persona y destrozar moral y humanamente a otra. Quizás sería mejor estudiar y entender toda la problemática que rodea esta decisión, para trabajar en la protección de la mujer y del niño. Esa debe ser la primera tarea legislativa, antes de llegar al extremo de legalizar algo que de antemano sabemos que es un crimen.
El testimonio de Sheila Lynn, quien se practicó un aborto, nos da una idea de la dimensión del problema y sus consecuencias: “El aborto no sólo mata al niño, sino también al espíritu humano. Los padres también son víctimas. Intenté quitarme la vida por la culpa y el remordimiento..., sentía que era una tumba que caminaba”.
Remate
Semana 12: ya es posible oír el latido del corazón del bebé con un “Doppler”; tiene orejas, mentón y párpados; sus huesos son más duros y los músculos se hacen fuertes, su piel tiene vello. Sus órganos genitales están formados y los sistemas principales del cuerpo y órganos, como estómago, hígado, pulmones, páncreas e intestinos, están formados y en su sitio. Lo más hermoso es que ¡se mueve en el vientre materno! ¿Y pretenden que creamos que no es un ser humano?— Mérida, Yucatán.

domingo, marzo 25, 2007

Inmigrantes, un tema que aún causa escozor

“Usted tiene parientes que trabajan en Estados Unidos, ¿qué ha aprendido de ellos? ¿Quieren convertirse en ciudadanos? ¿Están ahí legalmente?”, preguntó al presidente Calderón el reportero de un periódico norteamericano de extrema derecha, cuando estaba a punto de terminar la conferencia de prensa de la reunión bilateral México-Estados Unidos.
Las carcajadas estallaron como celebración ante la aparentemente inocente, pero “divertida” forma de poner en aprietos al Presidente, quien respondió: “Es gente que cosecha las verduras que usted se come, gente que sirve los platos en los restaurantes con los alimentos que usted consume, gente que contribuye a la prosperidad de Estados Unidos”.
El tema de los inmigrantes era inevitable en la agenda de este encuentro, a pesar de que sabemos que seguirá siendo un asunto cuya solución siempre causará escozor al país vecino, por lo cual difícilmente se resolverá pronto.
Escuchar de voz de nuestro Presidente que en cuanto a sus parientes en Estados Unidos “ojalá un día los pueda ver... y saludarlos y abrazarlos”, me lleva a pensar en todas aquellas familias que en nuestro Estado sufren —como él— la separación a causa de este fenómeno.
En poblaciones como Peto, Tunkás, Cenotillo, entre otras, la emigración es un fenómeno que seduce, en especial a los jóvenes, y poco a poco alcanza altos índices la desintegración familiar en Yucatán.
Aunque la emigración tiene un lado positivo por las remesas que llegan de los Estados Unidos y el progreso económico de las familias de quienes van al otro lado, también tiene un lado negativo: a los estudiantes con familiares emigrantes ya no les importa seguir sus estudios y terminarlos, pues tienen en cuenta que no lo necesitan para alcanzar el “sueño americano”; además, las poblaciones se convierten en lugares habitados sólo por mujeres, niños y ancianos.
Y es que el asunto no es nada simple, pues muchas veces las mujeres que se quedan solas no pueden con la crianza de sus hijos y al final éstos terminan involucrados en drogas o alcoholismo.
Sabemos que la reclamación principal de los inmigrantes en Estados Unidos es que “las autoridades no han sido capaces de satisfacer las necesidades de los yucatecos y que la pobreza sigue siendo uno de los grandes pendientes en el Estado” (D. de Y., 21-01-2007); es un problema en todo el país, es cierto, pero ¿por qué nuestros gobiernos estatal y municipal no han puesto soluciones particulares? Éste es un tema que debe estar en las propuestas de los candidatos; hasta hoy uno repite las promesas de campaña del presidente Calderón, otra dice que hay que escuchar al estado que habla y otros están más preocupados por los reflectores y por dar la nota. La pobreza habla y hay que combatirla.
Prometer algo que es una obligación del gobierno no es honesto. Luchar por erradicar los problemas particulares de nuestro Estado es una obligación, una necesidad que un buen gobierno no puede olvidar nunca.
Remate
¿Quiénes son y qué buscan los “globalifóbicos”? Al parecer luchan por causas justas, pero me enfurece que no respeten nada, en esta ocasión nuestra ciudad. Luego del zafarrancho-protesta en la Plaza Grande, los daños ocasionados al Palacio Municipal y a la base del monumento a Justo Sierra son incalculables no por el valor económico, sino por lo que representan. De los detenidos quedan 24 personas, cuatro de ellas menores de edad (tres de 17 años y una de 16, de las cuales dos son mujeres). Quienes protestan son incongruentes, pues hacen exactamente, y peor, lo que tanto critican. La congruencia es un tema del que vale la pena discutir siempre.— Mérida, Yucatán.

jueves, marzo 15, 2007

Pornografía, un mal que nos destroza

De acuerdo con un informe del “National Research Council” de Canadá, la pornografía en internet genera aproximadamente 50,000 millones de dólares al año, con una tremenda proyección de crecimiento, “salvo que hubiera algún cambio imprevisto”. La pornografía destroza a la sociedad, es un problema de salud y económico.
Este “negocio” no sólo genera más de 80,000 millones de dólares al año, sino que está vinculado con el crimen organizado: los proveedores cosechan vastas ganancias a través de la venta de libros y revistas para adultos, películas y, en algunos países, actos vivos en lugares y teatros especiales.
Antes, se trataba de mujeres con poca ropa en poses seductoras presentadas en algunas revistas; sin embargo, hoy se ha convertido en material que va más allá de lo sexualmente explícito, pues involucra a niños y a niñas.
La novedad es que ahora se incluye a personas conocidas, cercanas, en actos sexuales grabados y distribuidos por internet, discos, teléfonos celulares, etcétera, y lo más grave es que está al alcance, incluso, de menores de edad.
En el caso de la comercialización, se sabe que su éxito se debe a que hay quien lo compra.Hay estadísticas que sugieren que la pornografía tiene consecuencias sociales profundas. Por ejemplo, de los 1,400 casos de acoso sexual infantil en Louisville, Kentucky, entre julio de 1980 y febrero de 1984, la pornografía adulta estaba relacionada con cada incidente y la infantil con la mayoría.
Y vea usted esto: ¡el consumo de pornografía es una de las características de perfil más común de asesinos en serie y violadores! Y a pesar de estos datos, la gente pretende “ignorar” su impacto y se muestra indiferente ante la necesidad de combatir esta amenaza.
Preocupa ver cómo prolifera con total libertad la pornografía en todas sus presentaciones en las calles del centro de nuestra ciudad de Mérida y en algunas colonias populares. Muchos lugares están ubicados, todos los conocen, aunque al parecer las autoridades no. Lo grave es que los adolescentes de 12 a 17 años son los más grandes consumidores de estos “productos”.
Si ya de por sí tenemos que vivir con este problema porque nadie hace nada para combatirlo, lo más conveniente sería para los padres estar cerca de sus hijos, caminar a su lado —no detrás ni adelante—, interesarse en ellos, darles la oportunidad de aprender de cualquier tema a partir de la mejor fuente, la más confiable: sus propios padres. Vale la pena por ellos, por nuestro propio bien.
Remate
El Día Internacional de la Mujer nos recuerda el esfuerzo de mujeres de todo el mundo para lograr la igualdad, la justicia, la paz y el desarrollo. Sin embargo, vale la pena recordar sobre todo a aquellas que han construido la libertad a través de vejaciones, golpes e incluso la muerte a manos de “hombres”. Este día nos recuerda que existen, porque en nuestra torpeza machista hemos olvidado que ellas son la causa de que la humanidad no desaparezca. Todos los días debemos tomarlas en cuenta, pues son ejemplo de fortaleza, amor, congruencia, tenacidad y son las más cercanas a Dios, algo que a muchos nos falta. Lo he dicho: de mujeres he aprendido mucho y agradezco a quienes están muy ligadas a mí. Ellas mantienen firmes mis convicciones de luchar por un mundo mejor.— Mérida, Yucatán.

En la familia está la solución

“¡Atención, firmes todos!”, tronaba la voz del maestro Manolo, cuando en la cancha de la escuela nos tocaban sus clases de Educación Física. De mirada firme, rostro adusto y pocas sonrisas, siempre mantenía la disciplina.
A mis ocho años, al principio sufría sus clases; sin embargo, aprendí a disfrutarlas poco a poco, pues descubrí en el maestro Manolo algo especial: él nos entendía, sabía cuándo podíamos hacer algo y el temor no nos dejaba intentarlo; entonces nos enseñaba cómo y ese rostro duro se mostraba amigable, y a veces sonriente.
A mis compañeros de primaria y a mí nos tocó la oportunidad de “crecer” gracias a personas que, como el maestro Manolo, nos empujaban a confiar en nuestras capacidades y no nos dejaban solos.
Del mismo modo, nuestros padres se mantenían cerca y nos daban lo mejor de su tiempo, en el caso de la mamá, o lo mejor de una vida que se gastaba en el trabajo para que creciéramos sanos, con un buen techo, ropa y lo suficiente para aprender, en el caso del papá.
Esto viene a mis recuerdos por una tragedia que el Diario presentó el lunes 25: “Una sobredosis mata a un joven de 16 años.— El muchacho, una víctima más de la desunión familiar”. El drama de Josué demuestra una total ausencia de amor, el desinterés en la persona y la desintegración familiar. Lo angustiante es que la madre de este menor reconoce que desde niño él ya era un adicto y justifica no haber hecho nada por él diciendo que le daba consejos, “pero (que) era inútil, (pues) ya estaba echado a perder”.
Siempre he admirado la naturaleza humana, porque a una persona es ella la que puede sublimarla como ser humano, pero también destruirla y de paso acabar con quienes están a su alrededor.
Esta tragedia duele porque plantea, una vez más, el enorme trabajo que falta para consolidar familias verdaderas en la sociedad.
Si la familia está destruida, también sus integrantes; si está unida, todos estarán unidos a otros y a sí mismos; si construye sobre valores y bases firmes, la sociedad obtendrá beneficios.
¿Qué ha pasado que la familia moderna ha cambiado lo positivo de las de antaño por una “educación en la libertad” malentendida? ¿Cuál es la diferencia? ¿La globalización —o modernidad, como también la llaman— es la culpable? ¿Es suficiente dar el sustento a los hijos y dejar que aprendan de la vida, que cometan sus propios errores..., y de manera irresponsable obligarlos a que asuman los nuestros también? La familia supone una profunda unidad interna de padres e hijos que se constituyen en comunidad, tiene un ámbito espiritual que condiciona las relaciones familiares: casa común, lazos de sangre, afecto recíproco, vínculos morales que la configuran como unidad de equilibrio humano y social. Se tiene que equilibrar a sí misma, para enseñar el equilibrio y así contribuir al entorno social.
La familia es el lugar insustituible para formar personas completas, para configurar y desarrollar la individualidad y la originalidad del ser humano, y en esto la influencia de los padres es imprescindible: el niño aprende a saber quién es a partir de su relación con quienes le quieren. Nadie se puede descubrir a sí mismo si no tiene un contexto de amor y de valoración.
El recuerdo de la protección, la seguridad, la aceptación, estima y el afecto del maestro Manolo me remiten a la familia sana, esa que tanto falta hoy para combatir esas enfermedades sociales que están matando a la sociedad.
Remate
La globalización es buena cuando no se aparta de los valores básicos, esos que sólo se obtienen en la familia y se fortalecen en el amor, en la convivencia y en el contacto continuo con Dios. Justificar con la modernidad la mala educación que se da a los hijos es una cobardía. No es tarde para reivindicar el valor de la familia en la sociedad. Hay que luchar con entereza para salvarla, empezando por la trinchera de la propia casa.— Mérida, Yucatán.
aaldaz@dy.sureste.com
http://angelaldazg.blogspot.com/

jueves, marzo 01, 2007

Oportunidad de oro contra la violencia

El presidente Felipe Calderón promulgó el 31 de enero pasado la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, la cual es obligatoria para todo el país e incluye todos los tipos de violencia de género: psicológica, patrimonial, económica, física, laboral, institucional, sexual y de pareja.
Además, el anuncio del Presidente en tierras yucatecas de que se traducirá a todas las lenguas indígenas, “para que todas las mujeres conozcan y ejerzan sus derechos”, es señal de que se empieza a comprender la importancia de combatir, sobre todo de prevenir este terrible mal social.
Y es que la violencia es un lastre que impide a cualquier nación avanzar hacia el progreso y en México las cifras no son nada optimistas. Para muestra está “el botón” del estado de Yucatán.
Según el análisis de la “Encuesta nacional sobre la dinámica de las relaciones en los hogares” que dio a conocer Milagros Herrero Buchanan, directora del Instituto de Equidad y Género del Estado, hay 120,000 casos conocidos de mujeres que sufren violencia.
Los números preocupan, pues son cifras de denuncias conocidas y no se incluyen casos, sobre todo familiares, sin denunciar.
Es un hecho comprobado que las víctimas de la violencia no pueden criar a niños felices.
Y es en serio: todas las personas, desafortunadamente, reproducen en la calle lo que aprenden en la casa. Es falso eso de que una persona violenta en el interior de su familia sea armónica en sus relaciones fuera del ámbito familiar. No, ¡nunca cambiará!
La violencia se ha hecho presente en Yucatán y, aunque podemos ponerle cualquier nombre: cortina de humo, narcotráfico, terrorismo político, etcétera, es un hecho que tiene su raíz, su inicio, en la educación familiar y en cómo se enseña a las personas a interactuar en la sociedad. ¿Hasta cuándo entenderemos esto?
La Ley ya está promulgada, pero ahora falta regular su aplicación. Es urgente que nuestros legisladores y autoridades locales creen y apliquen mecanismos eficaces y accesibles que propicien el respeto, la protección y el ejercicio de los derechos de las mujeres.
De los ciudadanos dependen hoy la familia, el pueblo, la ciudad, el estado, el país y el mundo. Entre enseñar a vivir aterrorizado, defendiéndose y esperando en qué momento vendrá el golpe mortal, y enseñar la sana convivencia y el respeto, pilares de la sociedad, prefiero lo segundo, pues a la larga da más satisfacción y una visión más optimista del futuro.
La violencia contra las mujeres conlleva un alto costo social y económico para el desarrollo individual y colectivo en las naciones, y afecta las perspectivas de las futuras generaciones para vivir libres de violencia, desde la familiar hasta aquella que es tolerada y perpetrada por el Estado.
Remate
La nueva Ley, en su artículo octavo transitorio, pide a las legislaturas de los estados, “en un marco de coordinación”, que promuevan las reformas necesarias en la legislación local previstas en las fracciones II y XX del artículo 49 de la propia ley proclamada, en un término de seis meses, “contados a partir de la entrada en vigor de la presente Ley”. Tenemos una oportunidad de oro en Yucatán para combatir de manera directa y en serio este problema social. El Congreso ya carga iniciativas sobre todo esto en la mesa del análisis, pero aún no responde; estamos seguros de que lo hará... ¿será esto posible?— Mérida, Yucatán.