martes, julio 14, 2009

La felicidad es difícil, sí, pero el mejor camino

“¿Es posible la felicidad en esta vida?”, me preguntó hace poco Mary, joven cuyos problemas eran tales, que en varios momentos de la larga plática que sostuvimos ese día expresó su “sueño de escapar” de sus problemas.
Con el recuerdo de una entrevista que tuve la oportunidad de escuchar a Alex Rovira respondí: “Por supuesto, la felicidad es posible en esta vida... sólo hay que apartarse del camino del miedo. La vida es una aventura y conocernos pasa por experimentarnos en todas nuestras posibilidades: profundizar, estudiar, practicar, ensayar y equivocarnos. En resumidas cuentas, hay que 'hacer' para lograr la felicidad”.Sin darme tiempo de abundar más preguntó: “¿Sí? ¿Cómo?”.
“Lo más importante no es conseguir aquello que soñamos —me escuché decir—, sino el aprendizaje y la transformación que alcanzamos en el camino hacia nuestros sueños. Cuenta la leyenda que el mejor arquero del mundo apuntaba a la luna. Te doy un ejemplo: en la medida en que caben más personas en nuestro corazón somos más felices, pero esa no es una tarea nada fácil”.
Luego de breves segundos y de una mirada profunda y clavada en mis rostro la joven sonrió y dijo: “¡Yo quiero esa felicidad! ¿Qué tengo que hacer?”.
Mi mente quedó atrapada en una serie de reflexiones. La mejor herencia que recibimos los seres humanos es aquella que nos dan otros seres humanos, la social, la moral, sobre todo la de los sentimientos, la del amor.
Ciertamente cuando una puerta se cierra, siempre se abre una ventana y por eso la premisa debe ser siempre “¡Sonríe a la vida y la vida te sonreirá a ti!”.
Traté de encontrar la mejor respuesta para Mary pero mis pensamientos estaban desbocados. Pobre cerebro, a veces ponemos a prueba su impresionante capacidad de generar ideas, pensamientos y respuestas claras.
Entonces me escuché decir: “Si pensamos que tenemos que ganarnos la vida damos por hecho que ésta está perdida, pero es todo lo contrario: la vida está ganada desde que nacemos, sólo tenemos que descubrirla. La felicidad está dentro de uno mismo, pero hay que cultivarla. ¿Tienes salud?, entonces tu vida está bien, sólo te hace falta encontrar el camino para llegar a ti misma”.
“El mundo es abundancia y está lleno de oportunidades —dice Rovira—. El otro, lejos de ser un competidor, es un cocreador. No hay que pagar ninguna factura por ser feliz, porque las mejores cosas que tiene la vida son gratis”.
Y mi cerebro voló: la vida es una actitud, es lo que hagamos de ella. Los cambios llegan a través de la convicción o la compulsión, pero pocos cambian por convicción. Los que lo hacen entienden que vivir es estar al servicio de los demás y la causa de su cambio está en ellos mismos; cambian desde el amor, con propósito, coraje y mucha fe.
Pero la mayoría cambia por compulsión, desde la inconsciencia. Piensa que el crecimiento ilimitado es sostenible, que pueden estrujar a la madre Tierra como si no tuviera alma y viven, como diría Erich Fromm, en “el tener en lugar de vivir en el ser” y es entonces cuando las crisis vienen y nos enseñan que debemos ser autoconscientes.
Por eso es vital decirnos la verdad en todos nuestros aspectos de la vida. Muchas veces nos autoengañamos para no tener que tomar decisiones y eso nos hace infelices.
Por ejemplo, decimos que tenemos un buen trabajo porque no queremos renunciar a un buen sueldo, pero no nos damos cuenta de que pagamos un precio muy alto por él: todo el día estamos agotados, no tenemos tiempo para otra cosa que no sea trabajar, nos perdemos la infancia de los hijos, la pareja, la salud...
Si nos dijéramos la verdad: “Necesito mi trabajo por el sueldo y por eso lo mantengo”, podríamos llegar a ver la posibilidad de mejorar esa situación o de buscar algo más satisfactorio que nos permita igualmente vivir bien.
Lo mismo ocurre con las relaciones de pareja y otras muchas otras facetas de la vida. Ver la verdad nos libera y nos lleva a mejorar todos los aspectos de nuestra vida, nos lleva a ser felices y a dar felicidad a los demás. Es un reto difícil mas no imposible. Créanme, vale la pena, porque lo hago todos los días y deja una satisfacción porque uno recibe mucho a cambio. Después de todo quien es feliz se rodea de felicidad, aun a pesar del pesimismo general que a diario se encuentra. No cuesta nada intentarlo y por el contrario es mucho lo que se gana.
Remate
El mayor miedo del ser humano no es a sufrir, sino a ser quien realmente es. Muchas personas renuncian a sus sueños por un sentimiento de no merecimiento, de no valía, culpa o pereza. A eso se le llama infelicidad. Pero se trata de ser conscientes de que no nos llevamos nada de esta vida, sólo lo que hemos dado. Brian Weiss dice: “Sólo el amor es real”. El amor es el valor que hace que todo crezca y amar es cuidar. Cuando somos quienes realmente somos estamos en el amor y hacemos que se diluyan las fronteras del yo para compartir con todos y así ser felices. Desde aquella plática Mary cambió mucho. Yo también. La última vez que la encontré estaba más sonriente y optimista; me dijo que aceptó su propio reto, que no era fácil pero lo intentaba y, ahora sí, disfrutaba los resultados.— Mérida, Yucatán.

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