Caminar por las calles de nuestra ciudad capital es un lujo. Nuestro Centro Histórico nos ayuda con ese toque de antigüedad combinado con modernidad y tradición.
Sin embargo, encontrarse con la realidad humana en cada acera y en cada esquina siempre preocupa.
Miguel es un chavo que camina por las calles del centro en busca del sustento para su familia. Con sus apenas 17 años, este joven ya lleva en las espaldas el peso de la responsabilidad de sostener a su familia pues, como en muchos casos que hay sobre todo en el interior del Estado, su padre salió de la casa para conquistar el espejismo del “sueño americano”, aventura de la que ya no volvió, no se supo más de él, ninguna noticia. Por eso él se siente hoy el “hombre de la casa” y cumple bien su obligación, con responsabilidad.
Tienda humana ambulante, este joven recorre todos los días el centro y algunas colonias meridanas, para ofrecer todo tipo de productos, en un afán de cumplir sus metas cada día, a fin de que todos en su familia se alimenten sanamente y vistan bien.
Ejemplos como el de este joven hay muchos. Miguel dice que este trabajo no es como el que muchos como él realizan, pues no se limita al tiempo de vacaciones, sino que es su obligación normal, de todos los días, incluso sábados y domingos.
Y hay que decir que el horario laboral que Miguel se ha impuesto es largo, pues inicia temprano por la mañana —a las 8:00— y termina ya entrada la noche —a las 11:00—; pero él se dice satisfecho porque logra su objetivo.
En Yucatán, y en todo México, miles de niños y jóvenes trabajan para obtener el sustento diario. Las razones suelen ser muchas, pero al fin y al cabo todas convergen en una sola que es la situación de pobreza y miseria que aún existe en nuestro país.
Tristemente los esfuerzos que muchas organizaciones civiles e incluso de gobiernos de cualquier nivel hacen no resuelven esta situación tan grave que hoy viven muchas familias; por eso es necesario que todos seamos conscientes de que tenemos una responsabilidad compartida en el quehacer por el bien común.
Cada día, cada noche, miles de jovencitos y niños caminan por nuestras calles tratando de encontrar el sustento familiar, pero también arriesgándose a los peligros que la vida nocturna moderna conlleva en los lugares que frecuentan para su “trabajo”.
Miguel dice que su compromiso es serio y no lo dejará, porque además su ideal es terminar sus estudios y por eso trabaja el doble de tiempo en las vacaciones, en lugar de estar en su casa “descansando”. Esta es una lección que vale la pena asimilar, pues a veces damos por hecho que nuestra situación está resuelta porque tenemos un trabajo o una situación aparentemente estable. Es importante luchar, dar lo mejor todos los días, pese a los obstáculos que se presenten.
Magnífico ejemplo el de éste y el de todos los jovencitos que ponen su corazón en los ideales y demuestran que, con mucha voluntad, todo se puede lograr.
Remate
Es triste cuando una persona te ofende sistemáticamente y piensa que todo el mundo está en su contra. La frase aquella de que “el león piensa que todos son de su misma condición” muchas veces la aplicamos como si fuera un principio moral único. Sin embargo, el hecho de que alguien se interese en tan siquiera decir algo sobre ti, aunque sea para ofender, denostar o denigrar, sólo significa que se tomó un tiempo para pensar en ti y eso es bueno, porque quiere decir que en el fondo le interesas. Cuando eso sucede, hay que reconocer que se ganó una batalla, aunque haya sido a costa de sacrificar algunas cosas. Así, es un halago saber que por lo menos hay gente que se preocupa y se ocupa por uno; a todas esas personas, bienvenidas sean.— Mérida, Yucatán.
aaldaz@dy.sureste.com; http://angelaldazg.blogspot.com/
Sin embargo, encontrarse con la realidad humana en cada acera y en cada esquina siempre preocupa.
Miguel es un chavo que camina por las calles del centro en busca del sustento para su familia. Con sus apenas 17 años, este joven ya lleva en las espaldas el peso de la responsabilidad de sostener a su familia pues, como en muchos casos que hay sobre todo en el interior del Estado, su padre salió de la casa para conquistar el espejismo del “sueño americano”, aventura de la que ya no volvió, no se supo más de él, ninguna noticia. Por eso él se siente hoy el “hombre de la casa” y cumple bien su obligación, con responsabilidad.
Tienda humana ambulante, este joven recorre todos los días el centro y algunas colonias meridanas, para ofrecer todo tipo de productos, en un afán de cumplir sus metas cada día, a fin de que todos en su familia se alimenten sanamente y vistan bien.
Ejemplos como el de este joven hay muchos. Miguel dice que este trabajo no es como el que muchos como él realizan, pues no se limita al tiempo de vacaciones, sino que es su obligación normal, de todos los días, incluso sábados y domingos.
Y hay que decir que el horario laboral que Miguel se ha impuesto es largo, pues inicia temprano por la mañana —a las 8:00— y termina ya entrada la noche —a las 11:00—; pero él se dice satisfecho porque logra su objetivo.
En Yucatán, y en todo México, miles de niños y jóvenes trabajan para obtener el sustento diario. Las razones suelen ser muchas, pero al fin y al cabo todas convergen en una sola que es la situación de pobreza y miseria que aún existe en nuestro país.
Tristemente los esfuerzos que muchas organizaciones civiles e incluso de gobiernos de cualquier nivel hacen no resuelven esta situación tan grave que hoy viven muchas familias; por eso es necesario que todos seamos conscientes de que tenemos una responsabilidad compartida en el quehacer por el bien común.
Cada día, cada noche, miles de jovencitos y niños caminan por nuestras calles tratando de encontrar el sustento familiar, pero también arriesgándose a los peligros que la vida nocturna moderna conlleva en los lugares que frecuentan para su “trabajo”.
Miguel dice que su compromiso es serio y no lo dejará, porque además su ideal es terminar sus estudios y por eso trabaja el doble de tiempo en las vacaciones, en lugar de estar en su casa “descansando”. Esta es una lección que vale la pena asimilar, pues a veces damos por hecho que nuestra situación está resuelta porque tenemos un trabajo o una situación aparentemente estable. Es importante luchar, dar lo mejor todos los días, pese a los obstáculos que se presenten.
Magnífico ejemplo el de éste y el de todos los jovencitos que ponen su corazón en los ideales y demuestran que, con mucha voluntad, todo se puede lograr.
Remate
Es triste cuando una persona te ofende sistemáticamente y piensa que todo el mundo está en su contra. La frase aquella de que “el león piensa que todos son de su misma condición” muchas veces la aplicamos como si fuera un principio moral único. Sin embargo, el hecho de que alguien se interese en tan siquiera decir algo sobre ti, aunque sea para ofender, denostar o denigrar, sólo significa que se tomó un tiempo para pensar en ti y eso es bueno, porque quiere decir que en el fondo le interesas. Cuando eso sucede, hay que reconocer que se ganó una batalla, aunque haya sido a costa de sacrificar algunas cosas. Así, es un halago saber que por lo menos hay gente que se preocupa y se ocupa por uno; a todas esas personas, bienvenidas sean.— Mérida, Yucatán.
aaldaz@dy.sureste.com; http://angelaldazg.blogspot.com/
Si no te acuerdas quién quedó en traer los hielos, te urge usar Skydrive
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