viernes, septiembre 07, 2007

La pedofilia, cada vez más cerca

En materia de salud, hay un mal que va en aumento en todo el mundo y que vale la pena analizar: la pedofilia; conocerlo es importante, sobre todo para combatirlo y para pensar en una prevención real, principalmente en la familia.
La pedofilia es una conducta en la cual un adulto siente “atracción” hacia un menor de edad; se trata de una parafilia (desviación sexual), pues alude al comportamiento sexual de ciertos individuos que se excitan a través de estímulos inapropiados practicados con los niños.
Este tipo de violencia contra los pequeños puede comenzar en el propio hogar, aunque los peligros se encuentran en todas partes: en la calle y sobre todo en Internet.
Las evidencias de esto lo encontramos en la prensa, donde se informa de ataques y violaciones contra menores por parte de padres, abuelos, tíos y conocidos, incluso con el “consentimiento” de la madre. Y generalmente sucede en el “hogar” del niño, donde se supone que el menor se siente seguro.
Hoy día en México se practica el llamado “turismo sexual” con menores, promovido a través de portales en Internet, principalmente en Europa, Estados Unidos y Canadá, con los que se ofertan “paquetes turísticos” que incluyen “servicios” de niños y vídeos o películas pornográficas. Entre los destinos más frecuentes están Cancún, Acapulco y Puerto Vallarta; lo preocupante es que en un comentario de alguien que conoce de este problema supe que al parecer ya se incluye a Yucatán como “opción”.
Y es preocupante por la dimensión que ya tomó esta situación, pues la delincuencia organizada encontró en este mal un negocio rentable, y lo distribuye sin ningún control en Internet.
Además, ya es un asunto grave de salud pública, porque los efectos de los abusos sexuales son diversos y van desde daños psicológicos, hasta enfermedades graves de transmisión sexual.
Las niños que han sido atacados necesitan largos periodos de terapia psicológica para superar el daño que se les causó; de hecho se sabe que muchos pedófilos en su infancia fueron víctimas de algún tipo de abuso.
De acuerdo con estudios de la UNAM, se estima que un 80% de los niños de la calle que han dado servicio sexual al menos el 40% pudiera estar infectado de sida.
Asimismo, un estudio de la Unicef dice que actualmente más de 16,000 menores en México son víctimas de la explotación comercial, como la prostitución, el tráfico de personas, la pornografía y el turismo sexual, y de ellos al menos 4,600 están en Guadalajara, Acapulco, Cancún, Ciudad Juárez, Tapachula y Tijuana.
Entre los casos más sonados en México están el que sucedió en Puerto Vallarta, donde Thomas Frank White Norman, acusado de pedofilia en Estados Unidos, se dedicaba a prostituir, abusar, drogar y videograbar a menores de edad mexicanos, y el de Cancún, con Jean Succar Kuri.
Hay que entender que la conducta pederasta atenta contra los derechos de los niños y tristemente en Yucatán no estamos exentos de este mal; de hecho las notas de policía sobre casos de este tipo han sido constantes.
Una persona me comentó sobre este tema que alguien le dijo con orgullo: “Soy pedófilo y lo acepto, es mi forma de vida y nadie la puede cambiar ni me lo puede impedir”; esto no sólo es grave, sino que manda un mensaje de alerta: los pedófilos siempre han estado cerca y mientras no hagamos nada para combatirlos cualquiera, incluso nosotros, puede ser su víctima.
Lo triste es que estos enfermos creen que lo que hacen es un “estilo de vida” y aunque la sociedad y sus gobiernos lo saben, sólo los toleran porque, para curarse en salud, creen que basta persignarse, escandalizarse o tan sólo tocar madera.

Remate
El tema es difícil de abordar, pero es de vital importancia conocer sus consecuencias, tanto para los pequeños como para la sociedad misma. Por fortuna ya se toman medidas al respecto: la ONU, la Unicef y los gobiernos de distintos países, así como varias organizaciones civiles ya tomaron cartas en el asunto desde hace tiempo. Aunque pareciera que nada es suficiente, es necesario hacer énfasis en la difusión del tema, porque para atacar un problema es necesario conocerlo a fondo. Si usted sabe de algún menor que sea víctima de abuso es necesario ayudarlo. No sea cómplice con su silencio, sino denuncie en el DIF, la PGR o la Procuraduría local, en los ministerios públicos. Incluso hay organismos civiles de protección a los niños, como Hogar Maná y otros más que le pueden apoyar, o le ofrezco mi correo para ayudarle si es necesario, pero hay que denunciar para acabar con este mal.— Mérida, Yucatán.
(publicado en Diario de Yucatán el 03/08/2007)
aaldaz@dy.sureste.com
http://angelaldazg.blogspot.com/

2 comentarios:

  1. Tras la decisión de la Corte Constitucional de abolir los MUROS DE LA INFAMIA, como respuesta a la ponencia del magistrado Rodrigo Escobar Gil, su presidente, la Corte determinó que "afectan la dignidad, el buen nombre y la intimidad" de los violadores y, sobre todo, implican "una segunda victimización" del niño, pues "debe someterse a las dificultades provocadas por la confrontación permanente con la imagen del agresor".

    Aunque el tribunal aclara que no quiere formular alternativas, reseña la Ley Megan, aplicada en E.U., donde a los condenados por delitos sexuales los inscriben en un registro público con el fin de que los interesados puedan establecer qué personas con antecedentes viven en su zona.
    La concejal Gilma Jiménez amplia su proyecto a Cadena Perpetua y recalca que Articulo 44/Los niños deben prevalecer contra los victimarios.
    Prisión Perpetua. La ley de hecho debería ir hasta los 18 años, no retroceder de esta manera atroz.
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    COLOMBIA/¿Paraíso de la infamia?
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    Pareciera que en lugar de encontrar caminos hacia el mejoramiento, la misma ley nos hundiera en los terrenos movedizos de la ignominia y la desprotección.

    Tenemos una Iglesia Católica Apostólica y Romana que insiste en entrar a los Acuerdos Humanitarios pero calla ante la epidemia de violaciones contra jóvenes y niños que cobijan bajo su mismo seno. Ahora incluso, presentan a jóvenes sacerdotes en calendarios que pregonan su sensualidad y juventud. Mientras aplican un doble estándar económico y judicial respecto a las múltiples denuncias que cursan en su contra por violaciones a niños. (Más información: Los Jinetes de la pederastia)

    Ahora entonces, dentro del sistema judicial, tenemos que los victimarios tienen más derechos que sus víctimas, y que los muros de la infamia “atentan” contra el buen nombre de un individuo que violó, torturó y muchas veces asesinó criaturas indefensas.

    ELEVAMOS NUESTRA MÁS ALTA VOZ DE INDIGNACIÓN POR ESTA ACTITUD.

    NO A LA VIOLENCIA INFANTIL. NO A LA VIOLENCIA VENGA DE DONDE VENGA. EXIGIMOS LEYES MÁS FUERTES CONTRA LOS VIOLENTOS Y RESPETO POR NUESTROS NIÑOS.

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  2. no es lo mismo violencia infantil que pedofilia, en este tema que nada se define correctamente es imposible dar una opinion certera, solo fabrican victimas donde no las hay dada su ignorancia del fenomeno mismo de la pedofilia y su psicologia.

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