martes, junio 24, 2008

El poder de los niños en acción

Lo platicamos a cada rato, cuando nos reunimos los amigos a comer al mediodía: los niños de hoy no son como los de ayer (o sea, como nosotros fuimos).
  • “Si haces la tarea, te portas bien y obedeces te compro un juguete...”. “No vale, me estás pidiendo tres cosas... (y tú sólo me das una a cambio, agrego)”.
  • “Si haces lo que te digo te daré la película que te compré...”. “Aún no tengo ganas de que me lo des..., aún no me gusta lo que compraste”.
  • “Debes hacer esto o aquello...”. “Pero ¿por que lo debo hacer?”. “¡Porque lo digo yo!”. “Está bien, pero dime por qué lo debo hacer...”.
Es una maravilla que los niños nos recuerden el camino de la reflexión y el diálogo que olvidamos ya los adultos.
Que los pequeños modernos no son como los que fuimos es un hecho irrefutable; por eso los papás debemos renovarnos para entenderlos mejor, para darles tiempo de calidad, de certeza y seguridad, sobre todo, para entregarles mucho tiempo de constante cariño y apapacho, pues al final eso nos devolverán con el tiempo.
Vale la pena aprender de los niños: la mejor escuela para padres está en la casa, con los hijos, esos pedacitos de corazón que a diario nos enseñan que la vida es hermosa y que no debemos olvidar que hay gente que nos ama.

Remate
Me confieso contigo, amable lector: para mí la mejor frase me la dijo hoy mi hijo: “Cuando seas viejito, seguirás siendo mi papá”... Escuchar esto ha sido lo mejor.— Mérida, Yucatán.
aaldaz@dy.sureste.com
http://angelaldazg.blogspot.com/

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