Para seguir progresando, España necesita más familias y con más hijos... —José Luis Rodríguez Zapatero, presidente de España.
Varios países de Europa y Asia se enfrentan al problema del rápido envejecimiento y la pobre cantidad de nacimientos, lo cual hace que hoy baje el número de su población a niveles dramáticos.
El anuncio del presidente José Luis Rodríguez Zapatero de que entregará 2,500 euros (3,400 dólares) a cada familia por cada nuevo hijo que nazca es un reflejo de las consecuencias cada vez más avasalladoras del egoísmo y materialismo que reina en el —ahora sí— Viejo Continente.
Con este anuncio, España se une a países como Italia y Francia que dan incentivos para tener familia, luego de que por años promovieron los métodos anticonceptivos usados de forma indiscriminada e irresponsable, y la legalización del aborto. Hoy empiezan a comprender que se quedan sin hijos...
Esto demuestra que una vez que el ser humano se convierte en simple mercancía de consumo, con la complicidad de la misma población afectada, ya no hay mucho que hacer. Y es que la esencia de este tema no tiene que ver con aspectos morales, ni de valores, sino simplemente con seguridad social, pues “cuando una sociedad deja de producir juventud suficiente para mantener a la inmensa masa de jubilados y pensionados, sus horas están contadas”.
Hoy toda Europa occidental se da cuenta de que no es posible dejar de reproducirse en aras de vivir mejor. En México estamos a años luz de que nos suceda lo mismo, porque nuestra tasa de fertilidad permanece igual o ligeramente superior a la tasa de sostenimiento poblacional y también porque somos un país de pobres donde la acumulación de la riqueza es desigual.
La ayuda de 2,500 euros tomó por sorpresa a todos, como reconocieron en los ministerios relacionados con la medida: “La expectación ha sido tal, que cuando apenas pasó una hora del discurso de Zapatero, el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales recibió ''infinitas llamadas''”.
Antes de equivocarse en los servicios involucrados con esta ayuda, en el Ministerio se animó a esperar a quienes llamaron: “¿Cuándo puedo volver a llamar?”, preguntaron muchos. “La semana que viene será pronto —afirmaron en Asuntos Sociales—. Es probable que hasta pasado el verano haya algo”. Con un poco de suerte pasarán menos de nueve meses hasta que los nuevos padres puedan cobrar.
Haciendo a un lado la estrategia económica de España, no se trata de hacer “leyes” o reglas pronatalidad, sino de cambiar. El progreso no se limita sólo a lo material sino también a lo funcional y estructural del ser humano. Urgen mejores valores y más conciencia.
Hablamos de un cambio social e individual del que poco a poco cada vez más gente se percata. Hoy el valor de lo existencial ha sido superado por lo material. El consumismo casi nos ha llevado a la destrucción del planeta, al no respeto de la naturaleza; nos olvidamos que somos parte de ella.
La educación es importante y debe incluir, sobre todo, el respeto, debe transmitir seguridad y fomentar la comunicación; es cierto, faltan muchos valores, pero ya es tiempo de actuar.
Remate
Nos abrumamos a diario por el trabajo y todo tipo de conflictos; por eso no entendemos que no podemos dividir el mundo para nuestra comodidad. Pedro Casaldáliga, obispo emérito de Sao Felix de Araguaya, Brasil, asegura que el gran desafío de hoy es humanizar a la humanidad e invita a no empezar la casa por el tejado ni a mirar al cielo para no ver qué ocurre en la Tierra. El gran reto es “cambiar el mundo para humanizarlo, primero con el corazón, después con la conciencia y luego con los gestos solidarios comunitarios”. Así, en el futuro no tendremos que pagar sólo para mantener el equilibrio económico del país.— Mérida, Yucatán.
aaldaz@dy.sureste.com
http://angelaldazg.blogspot.com/
(publicado en el Diario de Yucatán el 9 de julio de 2007)
Varios países de Europa y Asia se enfrentan al problema del rápido envejecimiento y la pobre cantidad de nacimientos, lo cual hace que hoy baje el número de su población a niveles dramáticos.
El anuncio del presidente José Luis Rodríguez Zapatero de que entregará 2,500 euros (3,400 dólares) a cada familia por cada nuevo hijo que nazca es un reflejo de las consecuencias cada vez más avasalladoras del egoísmo y materialismo que reina en el —ahora sí— Viejo Continente.
Con este anuncio, España se une a países como Italia y Francia que dan incentivos para tener familia, luego de que por años promovieron los métodos anticonceptivos usados de forma indiscriminada e irresponsable, y la legalización del aborto. Hoy empiezan a comprender que se quedan sin hijos...
Esto demuestra que una vez que el ser humano se convierte en simple mercancía de consumo, con la complicidad de la misma población afectada, ya no hay mucho que hacer. Y es que la esencia de este tema no tiene que ver con aspectos morales, ni de valores, sino simplemente con seguridad social, pues “cuando una sociedad deja de producir juventud suficiente para mantener a la inmensa masa de jubilados y pensionados, sus horas están contadas”.
Hoy toda Europa occidental se da cuenta de que no es posible dejar de reproducirse en aras de vivir mejor. En México estamos a años luz de que nos suceda lo mismo, porque nuestra tasa de fertilidad permanece igual o ligeramente superior a la tasa de sostenimiento poblacional y también porque somos un país de pobres donde la acumulación de la riqueza es desigual.
La ayuda de 2,500 euros tomó por sorpresa a todos, como reconocieron en los ministerios relacionados con la medida: “La expectación ha sido tal, que cuando apenas pasó una hora del discurso de Zapatero, el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales recibió ''infinitas llamadas''”.
Antes de equivocarse en los servicios involucrados con esta ayuda, en el Ministerio se animó a esperar a quienes llamaron: “¿Cuándo puedo volver a llamar?”, preguntaron muchos. “La semana que viene será pronto —afirmaron en Asuntos Sociales—. Es probable que hasta pasado el verano haya algo”. Con un poco de suerte pasarán menos de nueve meses hasta que los nuevos padres puedan cobrar.
Haciendo a un lado la estrategia económica de España, no se trata de hacer “leyes” o reglas pronatalidad, sino de cambiar. El progreso no se limita sólo a lo material sino también a lo funcional y estructural del ser humano. Urgen mejores valores y más conciencia.
Hablamos de un cambio social e individual del que poco a poco cada vez más gente se percata. Hoy el valor de lo existencial ha sido superado por lo material. El consumismo casi nos ha llevado a la destrucción del planeta, al no respeto de la naturaleza; nos olvidamos que somos parte de ella.
La educación es importante y debe incluir, sobre todo, el respeto, debe transmitir seguridad y fomentar la comunicación; es cierto, faltan muchos valores, pero ya es tiempo de actuar.
Remate
Nos abrumamos a diario por el trabajo y todo tipo de conflictos; por eso no entendemos que no podemos dividir el mundo para nuestra comodidad. Pedro Casaldáliga, obispo emérito de Sao Felix de Araguaya, Brasil, asegura que el gran desafío de hoy es humanizar a la humanidad e invita a no empezar la casa por el tejado ni a mirar al cielo para no ver qué ocurre en la Tierra. El gran reto es “cambiar el mundo para humanizarlo, primero con el corazón, después con la conciencia y luego con los gestos solidarios comunitarios”. Así, en el futuro no tendremos que pagar sólo para mantener el equilibrio económico del país.— Mérida, Yucatán.
aaldaz@dy.sureste.com
http://angelaldazg.blogspot.com/
(publicado en el Diario de Yucatán el 9 de julio de 2007)